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Una mesa vacía no construye acuerdos

  • Foto del escritor: Le Agency
    Le Agency
  • 27 oct
  • 1 Min. de lectura

Una negociación real exige dos condiciones mínimas: propuestas sobre la mesa y voluntad de acordar. Nada de eso ha estado presente. Después de siete instancias de negociación, no hubo avances sustantivos. Lo que debería discutirse directamente en el ámbito tripartito fue desplazado a otros espacios, como el llamado “Diálogo Social”, sin plazos ni metodologías de implementación de los acuerdos.

 

La OPP no presentó propuestas propias ni aceptó propuestas mediadoras, lo que implica una negación del propio espíritu negociador. Lo que debería ser una discusión de contenidos y alternativas se transformó en una sucesión de rechazos sistemáticos y evasiones.

 

Negociar no es derivar. No es convertir la mesa en un decorado. No es dejar pasar el tiempo hasta que se diluyan las expectativas. Negociar es comprometerse a construir un acuerdo.

 

Vaciar la negociación colectiva es negar el diálogo.

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